NEUROARQUITECTURA

¿Conoces la neuroarquitectura?

La neuroarquitectura, es el estudio del espacio arquitectónico desde el análisis del sistema nervioso de los seres humanos, es decir, cómo puede afectar un espacio determinado en la mente de la persona que utiliza o habita el espacio y cómo por ello, se pueden comportar las personas debido a estos espacios.

Aunque pueda parecer algo novedoso la neuroarquitectura ha estado presente desde tiempos de los primeros pensadores, Aristóteles ya hablaba de un vínculo invisible con lo que nos rodea, flora y fauna, espacios, paisajes, sonidos…si bien es cierto que como término es relativamente nuevo, siendo  a finales del siglo XX, cuando investigadores y arquitectos empezaron a reconocer el impacto del entorno construido en nuestro bienestar psicológico y fisiológico.
En los primeros años, la neuroarquitectura se vio influida principalmente por la psicología ambiental, que se centraba en cómo el entorno afectaba a nuestro comportamiento y emociones, poco a poco los investigadores empezaron a estudiar los efectos de la iluminación, el color, la disposición espacial y otros elementos arquitectónicos en la percepción y la cognición humanas, y a partir de los años 90 con  los avances en las tecnologías de imagen cerebral se pudo observar y medir directamente la actividad cerebral en respuesta a estímulos arquitectónicos.

¿Cómo funciona nuestro cerebro a los estímulos?

El cerebro es un órgano complejo que procesa constantemente la información de nuestro entorno. Responde a estímulos externos y desempeña un papel importante a la hora de influir en nuestro estado de ánimo. Los estímulos de nuestro entorno pueden tener un profundo impacto en nuestro estado emocional y bienestar general.

Cuando nos exponemos a estímulos como puede ser la naturaleza o espacios abiertos, nuestro cerebro libera sustancias químicas como la dopamina y la serotonina, asociadas a sentimientos de placer y felicidad lo que mejora nuestro estado de ánimo y reduce los niveles de estrés. Las investigaciones han demostrado que pasar tiempo en entornos naturales puede aumentar la creatividad, mejorar la función cognitiva y aumentar el bienestar general.

Además de los estímulos naturales, la disposición de los objetos en nuestro entorno también puede influir en nuestro estado de ánimo y nuestra concentración. El campo de la psicología ambiental estudia cómo las distintas disposiciones espaciales y elementos de diseño afectan al comportamiento y las emociones humanas. Por ejemplo, un espacio desordenado o desorganizado puede provocar estrés y ansiedad, mientras que un espacio limpio y organizado puede promover una sensación de calma y concentración como puede verse en las siguientes fotografías tomadas de distintos espacios del Hotel Torre del Marqués (Teruel) construído por EDRA Arquitectura Km. 0 en 2020 .

 

                              

El cerebro procesa la información visual que recibe de nuestro entorno y establece conexiones con nuestras emociones. Ciertos colores pueden evocar estados de ánimo específicos, como el azul, que se asocia con la calma y la tranquilidad, mientras que el rojo suele asociarse con la energía y la excitación. La disposición de los objetos en una habitación también puede influir en nuestras emociones. Por ejemplo, una habitación con muebles colocados de forma simétrica puede crear una sensación de equilibrio y armonía, mientras que la disposición asimétrica puede evocar una sensación de novedad o sorpresa.

 

     

¿Y cómo se fusionan la arquitectura y la neurociencia?

La Academia de Neurociencias para la Arquitectura, creada en 2003 con el fin de dirigir investigaciones en Neurociencias que puedan ser relacionadas con la práctica de la Arquitectura, estudió los requisitos funcionales para distintos tipos de edificios a partir de los cuales estableció las principales áreas de estudio que deben ser abordadas.

  • Percepción sensorial

La percepción es un evento multisensorial que involucra a la memoria, las emociones y las experiencias de los órganos de los sentidos. Influye tanto en el comportamiento como en la imaginación, la manera de procesar la información nueva y la respuesta de las personas al medio ambiente.

  • Recorridos

Los espacios que fomentan la libre exploración crearán representaciones menos influenciadas por los recorridos mejorando la experiencia personal.

  • Aprendizaje y memoria

La memoria espacial necesita referencias visuales para determinar nuestra ubicación y orientación dentro de un entorno dado. Cuando estas referencias faltan se retrasa el aprendizaje de la ubicación y se activa la respuesta de estrés. Esto indica la importancia de incorporar elementos de diseño que permitan el reconocimiento espacial y la recordación.

  • Emociones

El entorno construido se percibe inicialmente a través de la emoción, un sistema rápido y eficaz del que nos ha dotado la evolución para juzgar lo que es bueno o malo, seguro o peligroso, para poder sobrevivir. Antes de que las sensaciones que evoca un edificio lleguen a la consciencia ya hemos hecho juicios sobre los materiales, las relaciones espaciales, las proporciones, la escala, los ritmos, la comodidad, etc.

Dado que las respuestas emocionales incluyen las áreas del cerebro relacionadas con los movimientos corporales y con el sistema nervioso autónomo que regula la homeostasis, la Arquitectura se convierte en un elemento capaz de alterar nuestros estados fisiológicos.

Imagen de Ana Mombiedro

Entonces, ¿Cómo nos afecta a nosotros la neuroarquitectura?

El diseño y la disposición de nuestro entorno tienen un profundo efecto en nuestro bienestar y salud, influyendo en nuestro estado de ánimo, niveles de estrés y calidad de vida en general. Comprendiendo los principios de la neuroarquitectura, podemos crear espacios que fomenten las emociones positivas y mejoren nuestras capacidades cognitivas de maneras muy variadas:

  • La exposición a la naturaleza, ya sea a través de vistas de zonas verdes o del acceso a espacios al aire libre, tiene un efecto calmante sobre nuestra mente y ayuda a reducir el estrés. Esto puede lograrse integrando elementos como plantas, fuentes de agua y luz natural en el diseño de los edificios. Por ejemplo, disponer de grandes ventanales que permitan la entrada de abundante luz natural puede mejorar nuestro estado de ánimo y aumentar la productividad.
  • Los seres humanos somos criaturas intrínsecamente sociales, y nuestro entorno desempeña un papel importante a la hora de facilitar el compromiso social. Diseñar espacios que fomenten la interacción, como zonas comunes o espacios de trabajo compartidos, puede fomentar un sentimiento de pertenencia y comunidad. Se ha demostrado que esto mejora la salud mental y la felicidad general. Además, crear espacios que fomenten el movimiento y la actividad física puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar.
  • La disposición y organización de nuestro entorno construido también desempeñan un papel crucial en nuestro bienestar. La neuroarquitectura subraya la importancia de crear espacios intuitivos y fáciles de recorrer. Un entorno confuso o desorientador puede provocar estrés y frustración. En cambio, un espacio bien diseñado y fácil de entender fomenta la sensación de comodidad y relajación. Esto es especialmente importante en los centros sanitarios y educativos.

                       «La unión entre el estudio de emociones, el espacio y el comportamiento, es precisamente, la arquitectura»
¿Habías pensado alguna vez en como nuestro entorno más cercano puede afectarnos? En EDRA Arquitectura Km. 0 tenemos claro que nuestros hogares tienen que ser un lugar seguro que nos ofrezca paz y se adecue a nuestras necesidades. No dudes en contactarnos para recuperar la conexión con tu casa y sentir que está hecha a tu medida.