Fontellas, una pedanía del municipio de Ayerbe, contaba con escasos edificios en pie, todos ellos construidos en mampostería de piedra , adobe y cubierta de teja. En un momento de “boom inmobiliario” un promotor compra varios edificios y corrales con el fin de promover un edificio de apartamentos para segunda residencia.

El encargo (de máximos) se resuelve de forma tranquila, se quiebra en dos edificios y se abre un patio interior de manzana con el fin de contar con fachada a todas las orientaciones. El acceso a las viviendas se simplifica en un único núcleo de escalera y ascensor, y una pasarela con el fin de reducir al mínimo los costes de comunidad. El patio y la pasarela pretenden generar espacios de convivencia para los nuevos inquilinos.

El edificio se perfora con chimeneas de luz que permiten el acceso de luz solar en las viviendas de mayor profundidad. Todas las viviendas cuentan con ventilación natural cruzada. Las fachadas a las calles se resuelven con una cuidada mampostería de piedra arenisca tradicional y carpinterías de madera.

Tras la quiebra económica de la empresa promotora motivada por la crisis inmobiliaria y las sucesivas derivas a las que se ha visto sometida la finca, hoy esta se encuentra habitada. La habitan tanto familias de parejas jóvenes en varios casos de primera residencia como familias que acuden a pasar fines de semana y fiestas.

Un cuento con final feliz al que una arquitectura flexible e inductora es capaz de aportar valor añadido y dignidad.