El confort se basa en gran medida en la percepción, existen indicadores no cuantificables que inciden directamente en el bienestar, entre otros la luz, el color, las texturas. Estos indicadores se captan por los sentidos y confieren a los espacios cualidades saludables, calidez, limpieza…
Con estos elementos, acompañados de materiales naturales y saludables esta intervención de ampliación de la vivienda consigue también el propósito de mejorar lo existente de forma económica.
Así pues, se sustituye la cubierta por una de madera con el fin de hacer habitable el bajo cubierta. Aprovechamos el hueco de escalera para abrir un gran lucernario que transporta la luz desde la fachada sur de la planta superior a la sala de estar y la cocina. Esta luz cenital dinamiza el espacio y combinada con unas cortinas que tamizan la luz de las fachadas permite gestionar el ambiente según la época y la hora del día. Los colores tenues se suman a las texturas de madera para trasmitir tranquilidad.
Además diseñamos una escalera ligera y aprovechable que de forma sutil aporta modernidad a la estancia.